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Hablemos de CIENCIA

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  • Avatar de marea

      [quote quote=”A.P.M.”]Lo que parece que quieren decir es que ya se ha conseguido y “miniaturizado”
      Pero no lo entiendo muy bien, supongo que se referirá a la teoria, a nivel conceptual, la practica será otra cosa.

      Pero en cuanto se consiga, cambiará todo[/quote]

      Si la noticia es cierta, si que sería una revolución en toda regla, pero yo tampoco consigo sacar si están aún en el plano teórico o están en el plano práctico.
      Teniendo en cuenta que el ITER está enfocado a la producción energética nuclear de gran demanda y esto, se vería refundada nuestra civilización por completo, pero el ItER está enfocado a 15 años vista, para tener en 2050 modelos comerciales en grandes ciudades.

      (Cambio de tercio)
      [ALGUIEN ME PUEDE DECIR UNA PÍAGINA TIPO IMAGUESHACK PERO QUE NO “CLAVEN”???]

      Un escudo invisible protege la tierra

      [i]Una nueva realidad supera a la ficción. Los universos Star Trek y Stargate imaginaron una tecnología superior capaz de generar escudos protectores artificialmente. Sin embargo, a la Tierra no parece hacerle falta la tecnología de la Flota Estelar ni la de la raza Asgard, pues el planeta parece haber generado de forma natural un caparazón invisible. Sin embargo, los científicos todavía no saben cuál puede ser el origen de este fenómeno, pues lo consideran contrapuesto a la manera habitual de actuar de las partículas en los sistemas astrofísicos. Después de este descubrimiento, los teóricos tendrán que cambiar sus modelos sobre esta materia.

      “Francamente, cuando vimos esta ‘barrera’ persistente que actuaba contra los electrones altamente energéticos en la magnetosfera de la Tierra, me quedé totalmente perplejo y desconcertado. Era como si las ráfagas de electrones se estampasen contra una pared de cristal en el espacio”, cuenta a este diario el profesor Daniel Baker, investigador principal de este estudio publicado en la revista Nature. “¿Por qué? -pensó cuando vio el ‘escudo’ por primera vez- ¿Por que habría de existir un límite que frenase el movimiento de las partículas? ¿Qué será?”.

      Los electrones ultrarelativistas podrían ser peligrosos para seres vivos y equipos electrónicos si llegasen a la Tierra.
      El descubrimiento fue obra de un equipo de astrofísicos dirigido por la Universidad de Colorado Boulder. Los investigadores hallaron una ‘pantalla’ que repele a los llamados ‘electrones asesinos’, procedentes de las tormentas solares. Estas partículas subatómicas llegan desde el Sol a la Tierra como una lluvia de proyectiles electromagnéticos, pues, cuando las eyecciones solares de masa coronal (CME) son muy potentes, estos electrones viajan a una velocidad cercana a la de la luz, amenazando con dañar a los astronautas, a los satélites y a los sistemas espaciales.

      Además, según explica el astrónomo Rafael Bachiller, director del Observatorio Astronómico Nacional (IGN), “si estas partículas alcanzasen la superficie del planeta serían potencialmente muy peligrosas, tanto para los seres vivos como para los sofisticados equipos electrónicos sobre los que reposa hoy nuestra civilización”.

      Cinturones Van Allen. NASA
      El escudo en cuestión se encuentra a unos 11.587 kilómetros de la Tierra, en el interior de los cinturones Van Allen, dos anillos de electrones y protones de alta energía con forma de donut, descubiertos por el profesor James Van Allen en 1958, que se encuentran a más de 40.000 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Estos cinturones de radiación se expanden y se contraen en respuesta a las perturbaciones de energía procedentes del Sol, según explica el profesor Baker, que, además, es antiguo alumno de Van Allen.

      El equipo de Baker no se topó con la barrera ‘de casualidad’, sino que llevaban algún tiempo analizando esa zona. Los anillos Van Allen fueron el primer descubrimiento importante de la era espacial y, desde 2013, Baker dirige una investigación para encontrar un tercer cinturón ‘de almacenamiento’ entre los dos primeros, analizando las mediciones del Telescopio de Relatividad de Electrones y Protones (REPT) de las sondas gemelas Van Allen, que fueron lanzadas por la NASA en el año 2012.

      Un rompecabezas cósmico

      Cuando los científicos lograron este descubrimiento, se desconcertaron. “Estamos viendo un escudo invisible que bloquea electrones, algo así como los escudos creados por campos de fuerza en Star Trek para repeler armas alienígenas”, relata Baker. “Es un fenómeno extremadamente desconcertante”.

      Los científicos barajan opciones como la influencia del campo magnético de la Tierra o las ondas de radio.
      Al intentar buscar una explicación plausible, los astrofísicos pensaron inicialmente que los electrones altamente cargados, que dan la vuelta a la Tierra a 160.934 kilómetros por segundo, podrían ser frenados en la atmósfera superior y gradualmente aniquilados al interactuar con las moléculas del aire. Sin embargo, según explica Baker, la barrera observada por las sondas de los cinturones Van Allen consigue parar a los electrones mucho antes de que consigan alcanzar la atmósfera.

      Así todo, el grupo no se rindió y barajó un gran número de escenarios en los que se podría crear y mantener una barrera de este tipo. Otra de las posibilidades que surgió es si se podría haber generado por la influencia de las líneas del campo electromagnético de la Tierra. También apuntaron a las ondas de radio de los transmisores humanos, preguntándose si éstas podrían dispersar a los electrones, impidiendo que continuasen su camino. Sin embargo, según asegura Baker, ninguna de estas teorías tiene un buen fundamento científico.

      Un silbido plasmaférico podría tener un papel clave en la barrera.
      El escenario que parece más posible al equipo es la influencia de la plasmafera, una gigantesca nube de gas frío con carga eléctrica que comienza a unos 965 kilómetros sobre la Tierra y se extiende hacia miles de kilómetros a lo largo del cinturón Van Allen exterior. Según Baker, la plasmafera podría estar dispersando los electrones con baja frecuencia en la barrera, de forma que las ondas electromagnéticas crearían un ‘silbido’ plasmaférico que sonaría como el ruido blanco en un altavoz.

      Así, Baker cree que el silbido plasmaférico podría jugar un papel clave en la barrera. Sin embargo, todavía sigue desconcertado y se sigue preguntando cómo puede ser posible este comportamiento tan tajante, cuando lo natural sería que “algunos electrones consiguieran pasar la barrera y otros rebotasen”, pero en este caso ninguno logra entrar. “Sinceramente, todavía creo que todo esto es un rompecabezas”.

      Como buen astrofísico, Baker es aficionado a los enigmas. “Vamos a continuar nuestros estudios en los cinturones Van Allen de la Tierra para ver cuánto tiempo puede persistir esta barrera, tememos que el Sol arruine el escudo con una CME, aunque también queremos entender por qué todavía no ha desaparecido. Además, no nos sentimos muy satisfechos con las actuales explicaciones y así, como con todos los buenos rompecabezas en astrofísica, buscaremos las mejores y más satisfactorias respuestas a la pregunta ‘¿Por qué?'”.

      Rafael Bachiller durante un encuentro en elmundo.es. EM
      Sin embargo, a pesar del enigma de la pantalla invisible de Baker, Rafael Bachiller no deja de fascinarse al “ver cómo la naturaleza hace de este planeta un oasis privilegiado para que prospere la vida”.[/i]

      http://www.elmundo.es/ciencia/2014/11/27/54761117268e3e6f778b456c.html

      Avatar de marea

        [i]El sueño de destruir el cáncer con células del sistema inmune programadas para atacar a los tumores ha dado un paso de gigante. La gran esperanza se llama “célula madre T de memoria” (TSCM), y es un tipo radicalmente nuevo de glóbulo blanco del sistema inmune que reúne las dos propiedades ideales: por un lado son células madre, y por tanto tienen la capacidad de autorrenovarse de manera indefinida; y por otro tienen memoria inmunológica, por lo que conservan, también indefinidamente, su capacidad para actuar contra un agente infeccioso concreto o un tumor específico. Científicos de Milán han demostrado que pueden subsistir al menos 12 años en el cuerpo de 14 pacientes.

        El pequeño ensayo clínico no había sido planeado para este fin –las células TSCM ni siquiera habían sido descubiertas hace 12 años, cuando la prueba comenzó—, sino para probar la seguridad de una técnica de terapia génica contra un tipo de inmunodeficiencia hereditaria (SCID, o enfermedad de los niños burbuja). Pero Luca Biasco, Serena Scala, Alessandro Aiuti y sus colegas del Instituto Científico San Raffaele, en Milán, han encontrado una forma brillante de reciclar el ensayo para obtener unos datos esenciales en la lucha contra el cáncer.

        Los resultados se presentan en Science Translational Medicine, la publicación que la revista Science reserva para las investigaciones que tienen una evidente o inmediata aplicación a la práctica clínica. El subíndice del término TSCM significa stem cell memory, o células madre de memoria. La T viene de mucho antes: los linfocitos, o glóbulos blancos de la sangre, son las células encargadas de la respuesta inmune, y se dividen en linfocitos B (que producen los anticuerpos que andan sueltos por la sangre) y linfocitos T, que montan un tipo menos popular pero más importante de defensa: la inmunidad celular, por la que ciertas células especializadas se tragan, literalmente, a los agentes infecciosos y a otras cosas que consideren raras, incluidas en ocasiones las células tumorales.

        “Las terapias basadas en células T”, explica a EL PAÍS Luca Biasco, primer autor del trabajo, “representan una de las estrategias terapéuticas más avanzadas y prometedoras para el tratamiento del cáncer; esta tecnología está basada en la modificación genética de las células T para redirigir su actividad contra las células tumorales; un tipo de célula T como las TSCM, que son capaces de mantener su capacidad de autorrenovación y de diferenciación por muchos años, pueden aportar un reservorio de células T capaz de patrullar por el sistema inmune y activarse eficazmente en caso de recidiva del tumor, para mantener una respuesta inmune secundaria eficiente”.

        Nadie tenía ni idea sobre la mera existencia de las células TSCM hasta 2011. Pero su descubrimiento, especialmente después de este trabajo, las hacen muy relevantes para diseñar nuevas estrategias útiles para la medicina. “Aportamos evidencias de que la ingeniería genética de células T puede ser segura incluso a largo plazo”, explica Biasco. “Y además demostramos por primera vez de que las células TSCM con los genes corregidos en el laboratorio pueden implantarse activamente en la médula ósea de los seres humanos; esto abre la posibilidad de explotar las células TSCM modificadas genéticamente para las terapias basadas en el sistema inmune”.

        Las terapias basadas en células T representan una de las estrategias más avanzadas y prometedoras para el tratamiento del cáncer”
        Los pacientes empezaron el ensayo clínico en un estudio pionero de terapia génica contra una inmunodeficiencia congénita dirigido en 1995 por Claudio Bordignon, también en el San Raffaele de Milá. Las células T de estos pacientes fueron extraídas, y su deficiencia fue corregida en el laboratorio infectándolas con un gen correcto introducido dentro del ADN de un virus capaz de integrarse en el genoma de las células humanas (un retrovirus, de la familia del virus del sida).

        Estos retrovirus se integran en el genoma humano más o menos al azar, y por tanto cada célula humana que ha recibido el virus tiene una firma molecular característica, formada por los extremos del ADN del virus unidos a su contexto de ADN humano. Este es el marcador que Biasco y sus colegas han aprovechado para identificar y analizar a las células T que siguen circulando por la sangre de los pacientes 12 años después.

        ¿Oportunismo? Sí, pero de un tipo que promete abrir un nuevo continente para la biomedicina del cáncer.[/i]

        http://elpais.com/elpais/2015/02/04/ciencia/1423071075_030347.html

        Avatar de minisaurio

          Cualquier noticia sobre el avance en prevención o cura tanto de cancer como de alzheimer, principalmente, me alegran el día por malo que sea.
          Gracias Marea por postearlo.

          Avatar de P112

            Interesantísimo y esperanzador. Gracias, Marea.

            Avatar de A.P.M.

              Eso del retrovirus T suena a resident evil

              Ya podia haber salido hace tiempo 🙁, pero sin duda es algo muy muy importante y mi interesante

              Avatar de marea

                [i]Se han utilizado metáforas de todo tipo para explicar el bosón de Higgs. La imagen de Margaret Thatcher atravesando la Cámara de los Lores como si una partícula cruzase el campo de Higgs usada por el profesor David Miller; el clásico ejemplo de una pelota de ping pong y otra de tenis rodando sobre una cubeta con arena de playa y tantos otros… pero no es sencillo para el gran público entender las implicaciones del último gran descubrimiento de la Física realizado en el LHC de Ginebra. En la biografía de Richard Feynman escrita por James Gleick -‘Genius, the life and science of Richard Feynman’ (Vintage books)- el autor cuenta la respuesta que el genio y ganador del Premio Nobel de Física en 1965 le dio a un reportero cuando le pidió que explicase en 30 segundos la importancia de sus investigaciones merecedoras del galardón de la Academia Sueca. Feynman respondió que, si eso fuese posible, su trabajo no tendría mérito.

                Y, según relata el físico de partículas de la Universidad de Oxford Frank Close en su obra ‘The infinity puzzle’ (Oxford University Press) , él mismo utilizó ese mismo ejemplo en 1993 para sugerirle por carta al entonces ministro de Ciencia de Reino Unido, Hon William Waldegrave, que no es sencillo explicar «las más profundas ideas en las fronteras del conocimiento científico en una única cara de un folio din A4». Como incentivo, el ministro ofreció una botella de champán añejo a aquel científico que ofreciese la mejor explicación sobre el objetivo y la utilidad que tendría el LHC. «Como respuesta yo podría lanzarle un reto similar relacionado con el Tratado de Maastricht», terminaba la misiva del profesor Close.

                Finalmente, tanto el ministro como el Gobierno británico terminaron convenciéndose de la conveniencia de aportar la financiación necesaria para poner en marcha el LHC gracias a la zanahoria que suponía el hecho de que Peter Higgs fuese británico y, por tanto, que si se encontraba la escurridiza partícula que lleva su nombre, le conduciría de forma inequívoca hacia el Premio Nobel, tal y como ocurrió en 2013, un año después del hallazgo del bosón de Higgs en el LHC.

                El Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) del Laboratorio Europeo de Partículas (CERN) de Ginebra comenzará en pocas semanas -a lo largo del mes de marzo- a inyectar de nuevo, tras más de dos años de parón, los primeros protones en el anillo subterráneo de 27 kilómetros. La parada fue programada para aumentar la energía del acelerador hasta casi el doble -de 7 TeV a 13 TeV- de la que permitió realizar el descubrimiento del bosón de Higgs que le valió el Premio Príncipe de Asturias al CERN junto con Peter Higgs y Francois Englert y el Nobel a estos dos últimos.

                Un técnico en el LHC durante la parada para aumentar de energía. CERN
                Algo parecido a lo que contaba el profesor Close en su carta le ocurre a la mayoría de los científicos cuando se les pregunta qué nos espera en esta nueva era de la Física de partículas que se inicia en 2015. No es fácil explicar lo que se podría descubrir tras el aumento de energía porque nos abrirá las puertas hacia lo desconocido, hacia una nueva Física.

                «Si todo esto sale bien, habremos cumplido el cometido los gestores de la máquina subiendo la energía hasta 13 TeV y podremos empezar a producir física», explica a este diario Rolf Heuer, director general del CERN hasta que le sustituya la ya nombrada Fabiola Gianotti en enero de 2016. «¿Qué puede salir de ahí? No lo sé», confiesa Heuer.

                Quizá el primer descubrimiento que se espera realizar tiene mucho que ver con la anterior época del LHC y es que se podrá avanzar en la descripción del bosón de Higgs para saber si definitivamente se trata del bosón de Higgs que completaría el Modelo Estándar que rige la Física actual o de otro que podría apoyar teorías que predicen la existencia de varios bosones de Higgs, como la Supersimetría, por ejemplo. «Esta nueva partícula puede que esconda muchas puertas cerradas que pueden ser abiertas hacia una nueva Física, a una mejor comprensión del Modelo Estándar… pero también más allá del Modelo Estándar», asegura Rolf Heuer.

                El solo hecho de esclarecer si la partícula hallada en junio de 2012 y anunciada a bombo y platillo como la última pieza que faltaba para completar el modelo que describe los pilares que soportan el edificio del Universo es ya un hallazgo clave para la comunidad física. «Antes el objetivo estaba muy claro: encontrar el bosón de Higgs o demostrar que no existía. Ahora está menos claro lo que se puede descubrir en el futuro. Pero siempre que hemos aumentado la energía lo suficiente hemos encontrado una sorpresa», opina Álvaro de Rújula, físico teórico del CERN y del Instituto de Física Teórica del CSIC y la Universidad Autónoma. «Aunque no es obvio que duplicar la energía sea esta vez suficiente para encontrar algo nuevo, saber que no lo es también sería una novedad importante. Se hace camino al andar», asegura el investigador.

                Un descubrimiento muy rápido

                El bosón de Higgs era el objetivo científico principal que hizo posible la cooperación internacional para la construcción de un gran acelerador de partículas como el LHC. Y el hecho de que el hallazgo de la partícula predicha por Peter Higgs, junto con otros cinco físicos entre los que estaba Englert, se produjo a una velocidad enorme, apenas cuatro años después de la puesta en marcha de la máquina. La gran sacudida mediática que supuso el hallazgo del bosón ha situado al LHC en el punto de mira no sólo de la comunidad científica, sino también del gran público. Pero, según los expertos, los próximos descubrimientos no se producirán tan rápido. Habrá que ser pacientes. «El aumento de energía nos dirá muchas cosas sobre lo que hay más allá del Modelo Estándar. Pero no lo hará el año próximo ni en 2016 y probablemente tampoco 2017. Lo hará más tarde», afirma Heuer.

                No obstante, y aunque apenas ningún físico sea capaz de aventurar lo que se encontrará en la próxima ronda de colisiones de protones, las ventanas que se abren ante la ciencia en 2015 son muy atractivas. «Podemos avanzar en el conocimiento de la masa oscura, decir algo más concreto es arriesgado», dice De Rújula. Pero la simple posibilidad de avanzar en el conocimiento de la materia que forma el 25% del Universo -la materia que conocemos y que forma la Tierra, las estrellas o a nosotros mismos supone tan sólo el 5%- ya es decir mucho.

                El propio director del CERN asegura que funcionar a una energía mayor aumenta el potencial de hacer un descubrimiento y de encontrar nuevas partículas más pesadas que las que se producían cuando la máquina tenía 7 u 8 TeV. «Y eso sería genial. Porque cada nueva partícula que descubramos, puede abrir la puerta hacia el Universo oscuro», explica Rolf Heuer. Sin embargo, el LHC no tiene la exclusividad de la Física del futuro. «Es bien posible que encontremos la materia oscura en un laboratorio subterráneo en lugar de en el LHC», dice De Rújula.

                Otro de los grandes enigmas del Cosmos más desconocido es la llamada energía oscura, que forma el 70% restante y de la que los físicos apenas conocen ni su naturaleza. Pero, a pesar de que lo oscuro supone el 95% del Universo, la Física aún no puede explicar ni siquiera qué compone esta enigmática materia, y mucho menos qué hay detrás de la energía oscura. «Estoy convencido de que no permitirá conocer más de la energía oscura, pero espero equivocarme. La naturaleza de la energía oscura es lo que más oscuro tenemos», asegura Álvaro de Rújula.

                En 2015, arranca una nueva era para la Física que dejará en casi un juego de niños las teorías del Universo que podemos explicar en la actualidad. «Los modelos que conocemos son los modelos fáciles, los que yo puedo entender. Pero los que hay en lo desconocido son mucho más difíciles, más complicados de entender para mí», reconoce el director del CERN, Rolf Heuer.[/i]

                http://www.elmundo.es/ciencia/2015/02/10/54d91f21ca4741c14e8b4576.html?a=69610d2ffab58f41e57b4449e7ffe10b&t=1423563320

                Avatar de marea

                  http://i.imgur.com/o355xMN.jpg

                  http://i.imgur.com/VrpnZ26.jpg
                  Dos imágenes de varias de las 66 antenas que conforman el radiotelescopio.

                  http://i.imgur.com/t4EcDM0.jpg
                  Imágen del polvo y el gas que rodea a una estrella joven. Este disco es lo que formará en un futuro su propio sistema planetario.

                  http://i.imgur.com/Y7zuMld.jpg
                  Recreación artística de la imagen anterior.

                  [i]El desierto de Atacama es uno de esos extraños lugares de la Tierra que hacen sentir al viajero que está en otro planeta. En Marte, quizás. Pero nos encontramos en el norte de Chile, tierra de volcanes entre los que destaca el cono casi perfecto del Licancabur, que en kunza, la lengua de los indígenas atacameños que habitan esta región, significa montaña del pueblo. Dicen que el ambiente de la laguna que hay en la cima de este volcán de 5.920 metros de altura, con muy poco oxígeno y altísimos niveles de radiación, es parecido a cómo debía ser Marte hace 3,5 millones de años.

                  Las majestuosas siluetas del Licancabur y de su vecino Láscar, uno de los volcanes más activos de Chile, dominan el paisaje cuando se sube hasta el llano de Chajnantor (lugar de despegue, en kunza), situado a 5.000 metros de altitud sobre el nivel del mar. Por el camino, a 4.000 metros, nos hemos cruzado con una familia de vicuñas, un pequeño y elegante mamífero emparentado con la llama. El zorro andino y el puma también habitan estas tierras, en cuyas laderas florecen grandes extensiones de cactus cardón que muestran cómo incluso los ecosistemas más inhóspitos son el hogar de numerosas especies.

                  Las antenas, en el llano de Chajnantor, a 5.000 metros de altitud y rodeadas de volcanes. O. DESSIBOURG/ALMA (ESO/NAOJ/NRAO)
                  Al final de la carretera, como si de un espejismo se tratara y rodeados de un entorno que recuerda a cómo es Marte en la actualidad, se ven a lo lejos decenas de discos de color blanco. Las grandes dimensiones de este altiplano de la cordillera de los Andes engañan a la vista y hay que acercarse a ellos para darse cuenta de su gran tamaño.

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                  Son las antenas de ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), el mayor radiotelescopio del mundo. Día y noche, sus 66 antenas de alta precisión, de entre siete y 12 metros de diámetro, apuntan al inmaculado cielo austral para captar las llamadas ondas milimétricas y submilimétricas, un tipo de radiación invisible al ojo humano que permite a los astrónomos estudiar el llamado Universo frío y viajar en el tiempo para observar los vestigios de la radiación del Big Bang. De las primeras galaxias y estrellas que se formaron, de los primeros rastros de vida. Observar, en definitiva, cómo comenzó todo.

                  Las antenas de ALMA miden entre 7 y 12 metros de diámetro. TERESA GUERRERO
                  El espectro de luz que capta ALMA

                  Regiones de gas y polvo que forman estrellas y galaxias en zonas lejanas del Universo y que a menudo permanecen ocultas en el rango visible de la luz, brillan en la parte milimétrica y submilimétrica del espectro electromagnético, que es la que estudia ALMA, que también apunta a nuestro sol y a los planetas y cometas de nuestro sistema.

                  Esta semana se cumplen dos años de la inauguración oficial del radiotelescopio, que comenzó a realizar sus observaciones científicas en 2011, utilizando sólo algunas de las antenas. Durante este tiempo, ya ha sido capaz incluso de detectar moléculas orgánicas en el espacio.

                  Para transportar las antenas se utilizan dos camiones gigantescos, Otto y Lore. J.GUARDA/ALMA
                  “El plan es que esté operativo, al menos, durante 30 años”, explica la astrónoma española Itziar de Gregorio, jefa de programas de observación de ALMA. “Ya está ofreciendo resultados espectaculares. Información muy valiosa; por ejemplo, sobre cómo se forman planetas y galaxias y cómo mueren las estrellas”, asegura.

                  De Gregorio es una de las astrónomas que puede presumir de haber visto nacer y crecer a ALMA. Se unió al proyecto en 2006: “Cuando llegué no había ninguna antena. Los prototipos estaban en EEUU. Yo viajaba allí para supervisar los trabajos y hacer las pruebas”, recuerda.

                  Paisajes extraterrestres, tradiciones indígenas y tecnología punta se dan la mano en este remoto lugar, elegido por el Observatorio Europeo Austral (ESO) y sus socios de América del Norte, Asia Oriental y Chile para levantar una de las instalaciones científicas más ambiciosas y caras de la Historia (su coste ronda los 1.100 millones de euros).

                  Y lo ha sido no sólo por la tecnología desarrollada para detectar las débiles señales provenientes del espacio interestelar. También ha supuesto un enorme reto humano desplazar hasta aquí todos los equipos electrónicos y construir los dos complejos de ALMA: el Sitio de Operaciones del Conjunto de Antenas (AOS por su siglas en inglés), a 5.000 metros, y el Centro de Operaciones (OSF), a 2.900 metros, donde se reciben los datos procesados de las antenas, que pesan más de 100 toneladas.

                  Técnicos del laboratorio de criogenia reparan un criostato, el contenedor que alberga los receptores que captan las señales. T.G.
                  La primera antena llegó en 2007 y fue todo un espectáculo. Tras ser desembarcada en el puerto de Antofagasta fue trasladada por carretera hasta el AOS, por lo que hubo que organizar una compleja operación logística. Poco a poco llegaron las siguientes. La última, hace menos de un año. Nunca han trabajado todas a la vez, pues lo habitual es que alguna esté siendo reparada o trasladada. Para moverlas o bajarlas al OSF, donde se realiza el mantenimiento, se utilizan dos gigantescos camiones amarillos, Otto y Lore, bautizados con los mismos nombres que los hijos del alemán que los construyó. Los transportadores, como les llaman, tienen 28 ruedas y unas medidas de 20x10x6 metros. Alcanzan una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora, aunque cuando llevan las frágiles y pesadas antenas la reducen a 12 kilómetros por hora.

                  Son las antenas más precisas. Las más perfectas que se han construido. Y su coste está a la altura de sus prestaciones. En el laboratorio de criogenia situado en el OSF, el ingeniero eléctrico Pablo Zorzi nos muestra “el corazón de las antenas”. Son unos contenedores cilíndricos azules llamados criostatos que contienen los delicados receptores que captan las señales, los más sofisticados que han sido fabricados, con un ancho de banda que permite acceder a una parte del espectro electromagnético mayor que otros receptores. Cada antena lleva en su interior uno de estos criostatos.

                  Una familia de vicuñas cruza la carretera que une el Centro de Operaciones, a 2.900 metros, con el lugar en el que están las antenas, a 5.000 metros. T.G.
                  “Cada uno tiene 10 bandas y hemos instalado siete. Las otras tres están siendo desarrolladas”, precisa Zorzi, responsable del laboratorio en el que se integran estos componentes. Están a una temperatura cercana al 0 absoluto (-273ºC), la más baja posible para eliminar el ruido. Gracias a esas temperaturas criogénicas consiguen lo que llaman el “silencio molecular”. “Bajando la temperatura bajamos el ruido intrínseco. Y así podemos detectar las ondas electromagnéticas de muy baja potencia que recibimos del exterior”, explica Zorzi.

                  Las ventajas de Atacama

                  La elección del desierto de Atacama no ha sido al azar. Las desventajas de este inhóspito entorno son compensadas con creces por las fabulosas condiciones que ofrece para la observación radiastronómica. Las antenas de ALMA, que pesan más de 100 toneladas, operan de forma conjunta, como un único telescopio. Los astrónomos hubieran preferido contar con un único instrumentos de varios kilómetros de diámetro, pero como no era posible técnicamente, se optó por combinar las observaciones de muchas antenas individuales (una técnica que se denomina interferometría).

                  Un ‘solmáforo’ informa a los trabajadores de los niveles de radiación cada día. T. G.
                  La gran extensión de este llano permite que, dependiendo de lo que se quiera estudiar, las antenas pueden trabajar en la configuración compacta (muy cerca unas de otras) o distribuidas por el llano, separadas por distancias que varían entre los 150 metros y los 15 kilómetros.

                  La humedad es el principal obstáculo para captar la porción del espectro de luz de ALMA porque distorsiona las ondas. Por ello, la escasa humedad que hay en el desierto de Atacama, uno de los lugares más secos de la Tierra, es una de sus grandes ventajas. Poder observar el cielo a 5.000 metros de altitud, su relativa cercanía a la línea del ecuador (que le permite abarcar la mayor parte del cielo), la ausencia de contaminación lumínica y la estabilidad política de Chile hicieron que ese país se impusiera a otros lugares barajados.

                  Trabajar en un entorno así tiene sus inconvenientes. En el Centro de Operaciones un solmáforo advierte al personal de los altos niveles de radiación ultravioleta a la que están expuestos y recuerda la importancia de protegerse. No es el único riego para la salud. A más altitud, menos oxígeno así que el acceso a la zona en la que están las antenas está restringido. Antes de subir es obligatorio someterse en el OSF, a 2.900 metros, a un control médico, que supero. Pero cuando llego al llano de Chajnantor y miden de nuevo mi nivel de oxígeno en sangre, me dicen que debo llevar una bombona durante todo el tiempo que permanezca allí. Algunos trabajadores también llevan oxígeno suplementario aunque lo habitual es que el cuerpo se acostumbre a la altitud al cabo de varios días y no sea necesario.

                  El correlador, el ‘cerebro’ de ALMA

                  El técnico Juan Carlos Gatica trabaja en el correlador, a 5.000 metros de altitud, con una bombona de oxígeno. C. PADILLA/ALMA
                  A pocos metros de las antenas, en el Edificio Técnico, se encuentra el correlador, el superordenador al que llegan las señales que recoge cada antena. Es uno de los más potentes y rápidos del mundo, con una capacidad equivalente a tres millones de portátiles. “Es literalmente el cerebro de ALMA. Aquí se procesan todas las señales. Cada antena entrega un tren de datos de 96 gigabits por segundo, y llega al correlador para ser procesado”, explica el técnico Juan Carlos Gatica mientras recorremos las entrañas de esta supercomputadora, largos pasillos repletos de armarios que albergan torres de luces y cables que constituyen los distintos hemisferios del cerebro de ALMA.

                  El correlador, uno de los ordenadores más potentes del mundo, es el cerebro de ALMA. ALMA
                  “Los datos procesados aquí se envían al OSF, donde son entregados posteriormente a los astrónomos para que puedan hacer sus simulaciones y entregarnos esas fotos que se ven habitualmente de las galaxias, de las estrellas, de diferentes colores, esa representación gráfica. Pero el dato binario llega desde aquí”, resume.

                  Durante la visita a Chajnantor hace frío y el viento sopla fuerte: “Cuando hace mal tiempo las antenas dejan de operar y se colocan en lo que denominamos la posición de supervivencia. Si el viento supera los 15 metros por segundo no se puede trabajar en el exterior”, precisa Francisco González, supervisor de la AOS,

                  Tras permanecer un par de horas arriba, bajamos al campamento para comer. «La hora del almuerzo -que realizan en una cantina- es la de mayor distensión y relax, donde más interactuamos los trabajadores que estamos en distintas áreas», señala Juan Carlos Gatica. “Detrás de toda esa tecnología hay personas”, añade. El idioma de trabajo es el inglés aunque el español es el que más se ha oye por los pasillos. La convivencia entre personas de tantas nacionalidades no siempre es fácil. “La manera de trabajar es muy distinta y hay muchas diferencias culturales así que todos tenemos que hacer un esfuerzo”, señala el chileno Zorzi.

                  La mayor parte de los trabajadores duerme en el complejo de ALMA durante sus turnos. Al fondo, el volcán Licancabur. T.G.
                  Al tratarse de un lugar tan aislado, la mayor parte de los empleados duerme en las instalaciones de ALMA durante sus turnos de trabajo, que suelen durar ocho días, y viven el resto del tiempo en Santiago de Chile, a casi dos horas en avión. En la capital se encuentra también la sede que alberga el archivo central de ALMA, desde donde se distribuyen los datos captados por las antenas a los centros de investigación astronómica de sus socios en otros países.

                  En los alrededores de la residencia en la que están los dormitorios, los carteles recuerdan que hay gente durmiendo de día. Aunque Itziar de Gregorio considera un privilegio investigar en el mayor radiotelescopio del mundo, confiesa que “es un trabajo muy duro, con turnos de día y noche en un lugar totalmente aislado. Tenemos que ir siempre con sombrero y protección solar porque te abrasas”, relata.

                  Algunos trabajadores prefieren recorrer a diario los 50 kilómetros que separan al radiotelescopio de la localidad más cercana, San Pedro de Atacama, un pequeño pueblo que se ha convertido en un destino turístico internacional muy popular debido a que es una base ideal para explorar los bellos y extraños paisajes de los alrededores. Proliferan también los tours astronómicos para disfrutar de la belleza de su cielo estrellado.

                  “A finales de 2014 ALMA demostró que puede cumplir los objetivos para los que fue creado. Tiene la resolución y la sensibilidad para observar lo que quiere observar: discos protoplanetarios, sistemas cósmicos muy lejanos, hasta la primera galaxia del Universo», señala el italiano Gianni Marconi, uno de los astrónomos jefe. Y si en tan poco tiempo ha logrado todo esto, subraya, las posibilidades son enormes: «Sabemos para qué fue planeado, pero todavía no sabemos qué puede hacer en el futuro. En astronomía, cada vez que descubres algo, das una respuesta y abres 50 preguntas nuevas”, reflexiona en el Centro de Operaciones.

                  Con ALMA, los científicos pretenden abrir una ventana que les ayude a esclarecer qué pasó. Averiguar de dónde venimos y cuáles son nuestros orígenes cósmicos. Porque pese a la gran cantidad de incógnitas que quedan por resolver, tienen claro que somos polvo de estrella.[/i]

                  http://www.elmundo.es/ciencia/2015/03/15/55048cc6268e3eec6a8b4572.html

                  Avatar de Fuego

                    Quien quiera venir a Chile, y conocer lugares como el desierto de Atacama, con gusto os orientare en lo que deseen. Y tenemos glaciares en el Sur ademas de montaña y 4000 kms de costa =)

                    Avatar de marea

                      [i]El estreno de la película ‘Marte’ (The Martian) ha despertado cierta curiosidad acerca de posibles futuros viajes humanos al planeta rojo. Después de haber ido a la Luna en varias ocasiones hace ya casi cinco décadas, y estando acostumbrados a ver astronautas viajar al espacio casi de forma rutinaria, es tentador pensar que enviar seres humanos a Marte pueda ser algo perfectamente plausible a día de hoy, o tal vez un tanto más complicado que lo hecho hasta ahora. Sin embargo, la realidad es que enviar seres humanos a Marte constituye un desafío de una dificultad y complejidad absolutamente descomunales que se aleja mucho de todo lo que se ha hecho hasta ahora en la historia de la exploración humana del espacio.

                      En esta y en la siguiente entrada hablaré de las razones por las que esta empresa constituye un desafío inmenso y sobre cómo se plantea en la actualidad una misión tripulada a Marte. Con objeto de ofrecer una perspectiva inicial para entender la dimensión del problema de una forma intuitiva, en esta entrada trataré de la razón principal que hace extremadamente difícil una misión a Marte, la razón de la que prácticamente se derivan casi todas las demás: la distancia.

                      Vemos astronautas viajar con frecuencia al espacio, a la Estación Espacial Internacional (ISS), antes a la estación Mir, a bordo de naves Soyuz, o antes a bordo del Transbordador Espacial, etc., y se suele tener la impresión de que el lugar al que se viaja en estas misiones es muy lejano; sin embargo, las altitudes típicas a las que estas estaciones y vehículos espaciales orbitan alrededor de la Tierra son de unos pocos cientos de kilómetros. La ISS, por ejemplo, orbita alrededor de la Tierra a una altitud que es equivalente a la distancia que hay en línea recta entre Madrid y Almería: unos 400 km. Esta región espacial a la que viajan los humanos de forma rutinaria está dentro de la conocida como ‘región de las órbitas bajas de la Tierra’, y técnicamente la llamamos LEO (del inglés Low Earth Orbit).

                      Comparativa entre orbitas bajas de la Tierra (arriba) y la distancia a escala entre la Tierra y la Luna (abajo).Comparativa entre orbitas bajas de la Tierra (arriba) y la distancia a escala entre la Tierra y la Luna (abajo).
                      Los viajes tripulados lunares implicaron viajar más allá de las órbitas LEO ya que la Luna orbita nuestro planeta a una distancia media de unos 380.000 km, lo que viene a ser unas 1.000 veces más lejos que las altitudes de estas órbitas bajas. Una tripulación y su nave se ponen en órbita alrededor de la Tierra poco después de su lanzamiento, mientras que la distancia a la Luna se cubría en las misiones Apolo en prácticamente 3 días.

                      En el caso de Marte la situación es muy diferente. Ir a Marte implica pasar de una misión geocéntrica a una centrada en el Sol, o heliocéntrica, lo que supone un salto enorme en las distancias involucradas. Aunque las distancias máxima y mínima entre la Tierra y Marte varían dentro de un cierto rango, la mínima distancia posible es de unos 55 millones de km y la máxima posible es de unos 400 millones de km.

                      Estas son distancias enormes en comparación a todo lo que se ha volado en misiones tripuladas al espacio hasta ahora. La distancia máxima a Marte viene a ser 1.000 veces mayor que la que hay entre la Tierra y la Luna, lo que viene a ser 1.000.000 de veces mayor que la distancia que separa la superficie terrestre de las órbitas LEO a las que se viaja normalmente.

                      Distancias aproximadas mínima y máxima posibles entre la Tierra y Marte. Como referencia, la distancia media de la Tierra a la Luna es de 380.000 km.Distancias aproximadas mínima y máxima posibles entre la Tierra y Marte. Como referencia, la distancia media de la Tierra a la Luna es de 380.000 km.
                      Sin necesidad de conocer nada más, los datos acerca de la distancia a Marte ya constituyen una buena pista para empezarnos a asomar a la magnitud del problema. Para apreciarlo mejor, y sin entrar en detalles relativos a métodos de propulsión o dinámica orbital, vamos a comparar en números redondos dos misiones tripuladas, una orbital alrededor de la Tierra para un solo tripulante y otra lunar de tres tripulantes, para hacernos una idea de la progresión en la masa necesaria de los cohetes involucrados para llevar a cabo estas misiones y entender el contexto de lo que supondrá una misión a Marte.

                      Empezamos con la primera misión orbital del Programa Mercury de principios de los ’60: la Mercury 6 de John Glenn. Aquí se precisó de un cohete Atlas de 120 toneladas y 29 metros de altura para poner en una órbita de 200 km de altitud media alrededor de la Tierra una masa útil de 1,2 toneladas formada por una cápsula Mercury con su único tripulante, el cual permaneció en el espacio 5 horas.

                      Veamos ahora lo que cambia la situación al tener a la Luna como destino unas 1.000 veces más lejos. En el caso del Apolo 17 -la última misión de exploración lunar-, su módulo de mando y servicio más su módulo lunar, sumando todo cerca de 50 toneladas, hubieron de ser lanzados a la Luna por el poderoso cohete Saturno V de unas 3.000 toneladas y de 110 metros de altura para una misión de una duración total de unos 12 días y medio en la que 2 de sus tripulantes permanecieron sobre la superficie lunar algo más de 3 días.

                      Cohete lunar Saturno V junto al cohete Atlas del Programa Mercury para un tripulante (Transbordador Espacial incluido como referencia). Fuente: http://historicspacecraft.com/.Cohete lunar Saturno V junto al cohete Atlas del Programa Mercury para un tripulante (Transbordador Espacial incluido como referencia). Fuente: http://historicspacecraft.com/.
                      Vemos así el salto cuantitativo necesario cuando queremos ir a otro mundo que está 1.000 veces más allá de las órbitas bajas de la Tierra tanto en la masa útil a lanzar (de 1,2 a 50 toneladas) como en el tamaño del cohete lanzador requerido (de 120 a 3.000 toneladas). Comparemos todo esto con una misión a Marte. Aquí la tripulación constará de 6 astronautas y su duración, tomando como ejemplo la oportunidad en 2037, sería de 174 días para la ida y 201 días para la vuelta, con una estancia de 539 días en Marte. Una estancia tan larga en Marte sería necesaria a la espera de que la posición relativa entre este planeta y la Tierra fuera óptima para el regreso con un mínimo gasto de combustible, lo que ahorra el envío de centenares de toneladas de combustible. Todo esto supone un total de 914 días, o 2 años y medio.

                      Como vemos, el salto entre la Luna y Marte es descomunal, ya que doblar la tripulación y extender la duración a cerca de 73 veces la de la misión lunar más larga, supone la necesidad de proveer y transportar cerca de 150 veces más suministros. Por otra parte, una mayor duración de viaje interplanetario supone la necesidad de proveer a la tripulación de mayor protección contra las radiaciones, lo que se consigue en parte añadiendo aún más masa, aunque este problema no está aún resuelto.

                      Otro problema de la larga duración es que las cosas se rompen a lo largo de tanto tiempo. O bien se tendrá que mejorar sustancialmente la durabilidad de los equipos o estos habrán de poder ser repuestos por recambios que también habrá que transportar, lo que implica una mayor masa. Las naves de carga que visitan la ISS pueden abastecerla de repuestos cuando algo se estropea a bordo pero esta opción no será posible en una misión a Marte.

                      Una vez dicho todo esto, al igual que cuesta más acelerar y frenar un camión que un turismo por tener el primero más masa, tengamos en cuenta que enviar más masa a Marte implica transportar también más combustible para acelerar toda esa carga hacia Marte, para frenarla a la llegada a ese planeta, y para volver a la Tierra desde allí; y pensemos que todo ese combustible (centenares de toneladas) también hay que lanzarlo al espacio inicialmente.

                      En total, para una misión a Marte se requerirá lanzar al espacio entre 850 y 1.250 toneladas. Esta es una cantidad enorme si tenemos en cuenta que la Ia ISS tiene una masa de unas 420 toneladas y que una nave con la que estamos familiarizados como el Transbordador Espacial solo podía enviar al espacio entre 15 y 25 toneladas aproximadamente, dependiendo de la altitud de la órbita final. El Ariane 5 es capaz de poner unas 20 toneladas en órbita baja alrededor de la Tierra, al igual que el cohete ruso Protón, por ejemplo.

                      Así pues, a partir de todo esto, y sin saber mucho más, ya podemos anticipar de forma intuitiva que no se podrá utilizar un único cohete para ir a Marte, sino que se precisarán varios lanzamientos de cohetes -tanto o más poderosos que el Saturno V de los años ’60- para ensamblar en el espacio distintos elementos de propulsión, módulos de combustible, hábitats y naves, que habrán de enviarse a Marte por separado y por anticipado, además de la nave con la tripulación, que sería enviada en último lugar. Entraremos en estos detalles en la siguiente entrada.

                      Aunque depende de diversos factores, se requerirán, de hecho, del orden de 10 lanzamientos de cohetes con la capacidad del Saturno V o similar; pero recordemos que el número total de cohetes Saturno V que se enviaron a la Luna en todo el Programa Apolo fue de 9. El Saturno V fue retirado de servicio después del Porgrama Apolo pero ostenta el récord, aún a día de hoy, como el cohete operativo más poderoso que haya habido nunca, capaz de poner algo más de 120 toneladas en órbita baja alrededor de la Tierra y de enviar 50 toneladas a la Luna. Tuvo que ser específicamente diseñado y construido en su día para poder alcanzar la Luna, y no existe un lanzador de tanta capacidad en la actualidad. El cohete que se encargaría de la mayor parte de los lanzamientos en una futura misión a Marte se está desarrollando en la actualidad y se llama SLS (Space Launch System), el cual tendrá prestaciones parecidas o acaso un tanto mayores que el Saturno V.

                      Por otra parte, un tiempo de 174 días de ida en condición de ingravidez afecta profundamente a la fisiología humana, algo especialmente preocupante al llegar a un planeta donde no hay nadie para asistirte. Las naves que se pueden ver en las películas (incluida la película ‘Marte’), con un amplio y confortable habitáculo en forma de donut girando para simular la aceleración de la gravedad, no son realistas en la actualidad.

                      La Tierra vista desde Marte (izda.) y desde la Luna (dcha.). Fuente: NASA.La Tierra vista desde Marte (izda.) y desde la Luna (dcha.). Fuente: NASA.
                      Dos años y medio es un tiempo muy largo también por razones psicológicas. La Tierra será vista por la tripulación como un punto de luz semejante a una estrella durante la mayor parte del viaje y será apenas imperceptible en la noche marciana cuando fuera visible. La tripulación tendrá que convivir en una condición de confinamiento permanente en un espacio reducido en una situación de gran estrés, y con la imposibilidad de mantener conversaciones fluidas con los seres queridos en la Tierra debido al tiempo de viaje de la señal.

                      Después de todo esto, y aunque no se han mencionado todas las dificultades técnicas, tecnológicas y operativas, creo que ahora puede apreciarse un poco mejor a lo que nos enfrentamos en una misión a Marte. A partir de aquí, y una vez expuesta esta perspectiva para contextualizar el problema y entrar en materia, en la siguiente entrada explicaré cómo se plantea en la actualidad una misión humana a Marte y cómo se relaciona con lo que se ve en la película ‘Marte’ (The Martian).[/i]
                      http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/apuntesnasa/2015/10/16/por-que-es-dificil-ir-a-marte-i.html

                      [i]En la pasada entrada contextualizamos el problema de una misión humana a Marte para apreciar la dimensión del desafío que supone. Como vimos, la principal razón que la hace difícil es la enorme distancia que nos separa de ese planeta, lo que implica que la misión tendría una duración total de aproximadamente 2 años y medio. En esta entrada vamos a concretar cómo se plantea hoy en día esta misión, tomando como ejemplo la oportunidad para el año 2037.

                      Según está propuesto en la actualidad, para completar una misión humana a Marte serán necesarias 3 naves: dos de carga y una para la tripulación. Una de las naves de carga transportará a Marte el hábitat que albergará a la tripulación durante su estancia de 539 días en la superficie marciana. Este hábitat se denomina SHAB (Surface Habitat), y es ahí donde Mark Watney, el protagonista de ‘Marte’ The Martian, trata de sobrevivir en solitario.

                      La otra nave de carga es el denominado ‘vehículo de descenso y ascenso’, o DAV (Descent and Ascent Vehicle). El DAV es la nave a bordo de la que la tripulación, una vez acabada su estancia en Marte, abandonará este planeta, y es, por tanto, la nave que utiliza la tripulación al principio de la película para abortar su estancia en la superficie marciana en medio de una feroz tormenta de arena.

                      La nave con la tripulación es conocida como ‘vehículo de transferencia para Marte’, o MTV (Mars Transfer Vehicle), y es la que se encargará de transportar a la tripulación en sus dos trayectos interplanetarios: el de ida a Marte y el de regreso a la Tierra (las naves de carga solo tienen tiques de ida).

                      Concepto de vehículo de transferencia de tripulación para Marte. Fuente: NASA.Concepto de vehículo de transferencia de tripulación para Marte. Fuente: NASA.
                      Estas tres naves habrán de ensamblarse en una órbita baja alrededor de la Tierra antes de ser enviadas por separado a Marte, pero estos ensamblajes y envíos se harán en tiempos distintos. Las naves de carga (SHAB y DAV) serán las primeras en ser ensambladas, y serán lanzadas al planeta rojo dos años antes que el MTV con la tripulación. ¿Por qué dos años? Porque es aproximadamente cada dos años que se da la posición relativa precisa entre Marte y la Tierra que permite que entre ambos planetas se pueda volar una trayectoria por la que se minimiza la cantidad de combustible a utilizar. Esto es de gran importancia porque son muchas las toneladas de combustible que se necesitan para hacer posible una misión así, como veremos luego.

                      Concepto de nave de carga para Marte. Fuente: NASA.Concepto de nave de carga para Marte. Fuente: NASA.
                      Una vez ensamblada cualquiera de estas tres naves en órbita alrededor de la Tierra, cada una de ellas es lanzada desde ahí hacia Marte a través del encendido de sus motores durante un corto espacio de tiempo. La nave es así acelerada hasta adquirir la velocidad necesaria para abandonar la influencia gravitatoria terrestre y dirigirse hacia Marte a lo largo de una trayectoria interplanetaria que es, en realidad, una órbita elíptica alrededor del Sol y cuyo punto más lejano intersectará con el paso de Marte por ese punto en el momento preciso. Cuando la velocidad deseada ha sido alcanzada, los motores se apagan y permanecen así durante toda la travesía (se encenderán en algún momento para hacer alguna corrección en la trayectoria). A pesar de encender los motores durante un corto espacio de tiempo, del orden de pocos minutos o decenas de minutos, la cantidad de combustible que se utiliza es enorme (decenas de toneladas).

                      Este lanzamiento hacia Marte desde una órbita baja alrededor de la Tierra se denomina ‘inyección transmarciana’, y nos referimos a él como TMI (Trans-Mars Injection). Nótese que al regreso de la tripulación desde Marte, el mismo proceso ocurrirá desde allí en sentido inverso: desde una órbita alrededor de Marte, la nave encenderá sus motores por un corto espacio de tiempo en lo que se denomina ‘inyección transterrestre’, o TEI (Trans-Earth Injection).

                      Una vez llegada una nave a las proximidades de Marte, esta debe frenarse para quedar capturada en una órbita alrededor de ese planeta desde donde acometer las siguientes operaciones. Esta maniobra de frenado se denomina ‘inserción en órbita marciana’, o MOI (Mars Orbit Insertion). El MOI puede hacerse de forma propulsada, encendiendo los motores otro corto espacio de tiempo, o de forma aeroasistida, utilizando la atmósfera marciana para frenar la nave en una maniobra llamada ‘aerocaptura’. Esta última opción se ha propuesto solo para las naves de carga de forma que sería mucho el combustible que se ahorraría en la misión. El problema es que nunca se ha volado una aerocaptura hasta la fecha, con lo que esta capacidad habría de ser demostrada antes. El SHAB (la nave portando el hábitat) permanecerá en órbita alrededor de Marte a la espera de la tripulación, pero el DAV (vehículo de descenso y ascenso) descenderá a la superficie marciana de forma autónoma.

                      El DAV será la nave de ascenso que utilizará la tripulación en su día para despegar de la superficie al acabar su estancia en el planeta rojo. Con objeto de ahorrar el combustible necesario para ese lanzamiento, se propone que el DAV no porte el combustible con él, sino que lo produzca en Marte, in situ. Y es que sería prohibitiva la masa de una nave que descendiera a la superficie de Marte con el combustible para el lanzamiento posterior de 6 personas al finalizar su estancia allí. De hecho, se propone que el DAV no solo produzca in situ el combustible, siendo el metano/oxígeno la opción preferida, sino que también produzca el oxígeno, nitrógeno y el agua necesarios para la tripulación. Esta es otra área que precisa investigación y desarrollo tecnológico.

                      Dos años después de haber enviado las dos naves de carga, y después de comprobar que los consumibles (combustible, aire, agua) hayan sido producidos en Marte y de que todo allí funcione correctamente, la tripulación será lanzada finalmente al planeta rojo desde la Tierra. Una vez en órbita alrededor de Marte, el MTV (la nave en la que viaja la tripulación) se encontrará con el SHAB, que lo espera en órbita alrededor de Marte. Los astronautas pasarán al SHAB y procederán a bordo de esta nave al descenso a la superficie, donde aterrizarán a una corta distancia del DAV.

                      Ejemplo de misión a Marte propuesta para la oportunidad de 2037. Fuente: NASA.Ejemplo de misión a Marte propuesta para la oportunidad de 2037. Fuente: NASA.
                      El descenso a Marte de naves de tanta masa es a día de hoy un problema no resuelto. Hasta la fecha se han enviado a Marte vehículos exploradores y aterrizadores de muy poca masa. El principal problema reside en que la atmósfera marciana es muy tenue y no consigue frenar una nave de reentrada lo suficiente sin necesidad de emplear retropropulsión supersónica o enormes superficies de frenado si la nave es lo suficientemente masiva. La tecnología a día de hoy permite como máximo aterrizar en Marte masas de alrededor de una tonelada, un valor muy lejano de las naves de varias decenas de toneladas que habrá que poder aterrizar en una misión humana, por lo que nuevas técnicas y tecnologías deberán también ser desarrolladas para este propósito, un área de investigación en el que personalmente trabajo parcialmente en la actualidad.

                      Después de los 539 días de estancia en Marte, la tripulación será lanzada en la etapa de ascenso del DAV al encuentro del MTV, que habrá permanecido en órbita alrededor de Marte todo ese tiempo. Una estancia tan larga en Marte sería necesaria a la espera de que la posición relativa entre este planeta y la Tierra fuera óptima para el regreso con un mínimo gasto de combustible, lo que ahorra el envío de ingentes cantidades de combustible. Una vez transferidos al MTV, se procederá a la inyección transterrestre por la que los astronautas regresarán a casa unos 200 días después, para acabar haciendo una reentrada en la atmósfera de la Tierra a bordo de una cápsula Orion, la cual está siendo desarrollada en la actualidad.

                      Muchas personas me preguntan si sería posible reducir la estancia en Marte. Efectivamente, la estancia podría reducirse a tiempos de entre 30 y 90 días; pero, en ese caso, los tránsitos interplanetarios habrían de ser muy largos, de mas de 200 días de ida y de unos 400 días de vuelta; requiriendo, además, maniobras de asistencia gravitatoria en el camino; de otra manera, el coste sería prohibitivo. Se favorece la opción de viajes cortos y estancias largas para reducir la exposición de la tripulación a la radiación. Estando en Marte, el mismo planeta bloquea el 50% de la radiación a la que estarían expuestos los astronautas, ademas de que ciertas medidas de protección serian mas fáciles de implantar.

                      Como se ha dicho constantemente, las masas involucradas en una misión humana a Marte son enormes. Un elemento que contribuye significativamente a esto es el combustible, y es por esta razón que se ha propuesto la opción de utilizar propulsión nuclear-térmica en lugar de propulsión química, tal y como ha sido el caso en todas las misiones tripuladas hasta la fecha. Esta no es una decisión baladí ya que el ahorro en combustible entre una opción y otra es de unas 400 toneladas; esto es, aproximadamente la masa de una Estación Espacial Internacional (ISS). Para poner esto en perspectiva, apuntemos que se precisaron 10 años para ensamblar la ISS y algo más de una treintena de lanzamientos (aunque de menor capacidad que el Saturno V).

                      Según se estima en la actualidad, para llevar a cabo una única misión a Marte habrá que lanzar al espacio desde la Tierra un total de 850 toneladas en caso de que se utilice propulsión nuclear-térmica, o 1.250 toneladas en caso de utilizar propulsión química. Esto son 2 o 3 Estaciones Espaciales Internacionales. Asumiendo que un cohete lanzador de prestaciones similares al Saturno V de las misiones lunares puede emplazar 120 toneladas en una órbita baja alrededor de la Tierra, el número de lanzamientos requeridos en una sola misión humana a Marte sería aproximadamente de 7 u 11, dependiendo del tipo de combustible, y asumiendo que todos los elementos necesarios puedan ponerse en órbita con un lanzador así. El envió de la tripulación precisaría de un lanzamiento especifico a bordo de un cohete de menor capacidad, por ejemplo, y es posible que ciertas tareas de ensamblaje puedan requerir asistencia humana también.

                      Existen muchas variaciones en las arquitecturas propuestas para misiones tripuladas a Marte pero lo expuesto aquí refleja lo que viene a ser la arquitectura de referencia que se considera hoy en día. En cualquier caso, la envergadura de una misión humana a Marte es sobrecogedora. Espero que estas dos ultimas entradas hayan ayudado a entender un poco mejor la magnitud de una empresa tan ambiciosa y compleja. Las dificultades técnicas, operativas y tecnológicas que encierra no son para nada triviales, y resulta imposible siquiera mencionarlas todas en una entrada de un blog. Se requiere aún el desarrollo de tecnologías inexistentes en la actualidad para llevar a cabo una misión así, y muchas de las cuestiones planteadas no están aún resueltas. Aún estamos lejos de poder enviar seres humanos a Marte, pero también hace un siglo se estuvo muy lejos de alcanzar el espacio y la Luna. Estoy seguro de que el ser humano llegará a Marte algún día si así lo desea, pero creo, y esta es una opinión estrictamente personal, que ese día está más lejos de lo que muchos puedan pensar.[/i]
                      http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/apuntesnasa/2015/10/19/por-que-es-dificil-ir-a-marte-ii.html

                      Avatar de marea

                        [i]Hoy 6 de febrero de 2018 es un día histórico. Hemos tardado seis años en llegar hasta aquí, pero la espera ha valido la pena. SpaceX ha lanzado al fin el Falcon Heavy, el cohete más potente en servicio. Y, lo más increíble, lo ha lanzado con éxito. Con casi 63 toneladas de capacidad de carga en órbita baja se trata además del mayor lanzador que surca los cielos desde el último despegue del cohete soviético Energía en 1988, un vehículo que podía llevar hasta cien toneladas. Para que nos hagamos una idea del potencial del Falcon Heavy, el siguiente vector en servicio más potente es el Delta IV Heavy de la empresa ULA, que puede lanzar unas 29 toneladas a la orbita baja. O sea, menos de la mitad. De golpe hoy la humanidad ha visto doblada su capacidad de lanzar carga al espacio.

                        El logro ha sido todavía más espectacular porque se han recuperado los tres bloques de la primera etapa. Tras el despegue desde la mítica rampa 39A del Centro Espacial Kennedy —la misma usada por las misiones Apolo y el transbordador espacial— a las 20:45 UTC las dos etapas laterales se separaron y regresaron a tierra, aterrizando al unísono en las dos plataformas LZ-1 y LZ-2 de la contigua Base Aérea de Cabo Cañaveral y dejando de paso una estampa propia de película de ciencia ficción.

                        La etapa central intentó aterrizar en la barcaza autónoma Of Course I Still Love You situada frente a las costas de Florida solo 21 segundos más tarde, pero no lo logró y se estrelló contra la superficie del océano a casi 500 km/h. Ocho minutos después, y tras un funcionamiento impecable de la segunda etapa, la no menos espectacular carga útil de esta misión de prueba ya estaba en órbita acoplada a la segunda etapa. La carga era nada más y nada menos que el coche Tesla Roadster del propio Elon Musk, eso sí, modificado para que no le afecte la exposición al vacío del espacio. Pilotando el Roadster estaba un maniquí bautizado como Starman que iba equipado con el traje de presión que la empresa planea usar en la nave tripulada Dragon 2. A bordo del Tesla viajan varios objetos emblemáticos, incluyendo un disco con la colección de las obras de Isaac Asimov.

                        Si las imágenes de las dos etapas aterrizando al mismo tiempo son alucinantes, las de Starman en órbita con la Tierra al fondo son simplemente increíbles, en el sentido literal. Porque si alguien me hubiera dicho hace seis años que veríamos algo así no me lo hubiese creído. El Roadster acoplado a la segunda etapa fue situado originalmente en una órbita elíptica de 180 x 6.951 kilómetros de altura. Cinco horas y media después la segunda etapa se encendió por tercera vez para situar la carga en una trayectoria de escape.

                        Originalmente estaba previsto que el coche quedase en una órbita solar con afelio en la órbita de Marte (aunque en ningún momento pasaría cerca del planeta rojo), pero finalmente el punto más lejano de la órbita estará en el cinturón de asteroides. Es la primera vez que SpaceX intenta mandar un objeto en una trayectoria interplanetaria. De paso, SpaceX ha ensayado la inserción directa en órbita geoestacionaria usando tres encendidos de la tercera etapa, con un tiempo de espera entre la segunda y la tercera ignición de casi seis horas. El Roadster es, obviamente, un objeto inerte sin capacidad de cambiar su órbita o comunicarse con la Tierra, pero continuará dando vueltas alrededor del Sol durante millones de años.

                        Las etapas laterales B1023 y B1025, de tipo Block 2, habían volado previamente para poner en órbita los satélites Thaicomm 8 y Dragon SpX-9, respectivamente, así que esta era su segunda misión. La etapa central B1033, Block 3, es completamente nueva como no podía ser de otra forma, ya que ha sido preciso modificar el diseño de esta etapa para soportar las tensiones adicionales de tener dos etapas a cada lado. Las etapas laterales llevaban rejillas aerodinámicas de control de titanio similares a las que se usarán en la versión Block 5, mientras que la central tenía rejillas de aluminio convencionales. Durante el lanzamiento hemos contemplado la ignición de nada más y nada menos que 27 motores Merlin 1D al mismo tiempo, un número que rivaliza con los 30 motores NK-15 del malogrado cohete lunar N1 que efectuó cuatro vuelos fallidos entre 1969 y 1972. En capacidad de carga el Falcon Heavy es el cuarto cohete más potente que jamás se haya construido detrás del Saturno V, el N1 y el Energía.

                        La potencia de 2.130 toneladas de empuje gracias a 27 motores Merlin 1D (Brady Kenniston).
                        Ahora muchos se preguntan qué papel está destinado a jugar esta impresionante máquina. Y es una buena pregunta, porque paradójicamente el Falcon Heavy tiene los días contados. Efectivamente, SpaceX planea sustituir a lo largo de la próxima década el Falcon 9 y el Falcon Heavy por su lanzador superpesado reutilizable BFR, con capacidad para colocar 150 toneladas en órbita baja. Por otro lado, las misiones más llamativas que iban a usar el Falcon Heavy se han cancelado. Me refiero a la cápsula no tripulada Red Dragon y a los vuelos turísticos alrededor de la Luna usando una Dragon 2 modificada. La Red Dragon fue cancelada tras eliminar la opción de llevar a cabo aterrizajes retropropulsados mediante la cápsula Dragon 2 por instancias de la NASA. Y recientemente SpaceX anunciaba por sorpresa que renuncia a efectuar misiones tripuladas alrededor de la Luna usando la Dragon 2 y el Falcon Heavy, ya que prefiere esperar a la introducción del BFR.

                        Pero aunque las opciones de futuro de este lanzador sean limitadas, para SpaceX su introducción supone un paso fundamental en su estrategia comercial. El Falcon Heavy le permitirá a SpaceX poner en órbita incluso los satélites geoestacionarios más pesados que existen actualmente sin tener que desechar las primeras etapas. Y con un coste de tan solo 90 millones de dólares por lanzamiento. Mañana ya veremos qué pasa. Hoy es tiempo de felicitar a SpaceX por un éxito apabullante… y de soñar despiertos.

                        Detalle del adaptador del Roadster (SpaceX).[/i]
                        http://danielmarin.naukas.com/2018/02/06/el-falcon-heavy-surca-los-cielos/

                        [youtube]jT1Yk0q1HBI[/youtube]
                        [youtube]
                        Z_kfM-BmVzQ[/youtube]

                        Avatar de seba_s10

                          Probablemente el hito mas importante de la década.

                          Avatar de Fuego

                            Yo he alucinado con el aterrizaje de los propulsores secundarios. Es impresionante lo que han demostrado.

                            Avatar de marea

                              La etapa central, que tenía que recogerse en una barcaza autónoma, se entrelló.

                              [i]El lanzamiento del cohete súperpesado Falcon Heavy de ayer fue histórico. Con su éxito, la compañía Space X de Elon Musk logró lanzar al espacio el cohete más potente desde el Saturn V, del programa Apollo a la Luna, y confirmó que una empresa privada ha sido capaz de desarrollar un inmenso cohete sin apoyo gubernamental, lo que es un pistoletazo de salida para una carrera espacial privada. Pero aparte de todo esto, el lanzamiento de ayer confirmó que su enorme cohete reutilizable funciona, y que por ello es capaz de abaratar el coste de las misiones al espacio.

                              El Falcon Heavy tenía que demostrar que, efectivamente, era reutilizable. Para ello, los tres cohetes de la primera fase, los bloques de motores que están anclados en la parte inferior y que son los que le permitieron ascender desde tierra, debían aterrizar después de su vuelo. En efecto, con una precisión hipnótica, los dos cohetes laterales se posaron en dos plataformas terrestres, LZ-1 y LZ-2, en Cabo Cañaveral, Florida, tan solo unos minutos después del lanzamiento. Sin embargo, el cohete inferior central, que debía posarse en la plataforma «Of course I still love you», sobre el Atlántico, se perdió en medio de la misión.

                              El Falcon Heavy antes del lanzamiento. Los tres cilindros de la parte inferior son las primeras etapas. Debían aterrizar después de volar al espacio e impulsar a una segunda etapa (en la parte superior), donde iba el descapotable
                              El Falcon Heavy antes del lanzamiento. Los tres cilindros de la parte inferior son las primeras etapas. Debían aterrizar después de volar al espacio e impulsar a una segunda etapa (en la parte superior), donde iba el descapotable-Space X
                              En una rueda de prensa celebrada ayer después del histórico lanzamiento, Elon Musk, CEO de Space X, reconoció el aciago destino del bloque central de motores: «Aparentemente, golpeó el agua a unos 500 kilómetros por hora y a unos 100 metros de distancia de la plataforma. Pero creó una lluvia de metralla y se llevó por delante dos de los motores del barco dron (la plataforma robótica llamada “Of course I still love you”», detalló. «Tenemos el vídeo, y parece que serán unas imágenes divertidas si las cámaras no se estropearon, así que lo publicaremos en forma de tomas falsas», bromeó.

                              Los cohetes laterales debían aterizar ocho minutos desués del lanzamiento, y lo hicieron con una perfección que no estaba buscada, tal como reconoció Musk. El central debía hacerlo 21 segundos después, pero algo ocurrió en el descenso. En el vídeo que retransmitió el lanzamiento en directo, un operario de Space X dijo: «Hemos perdido el núcleo central». La imagen de este bloque de cohetes desapareció y el asunto no se volvió a mencionar.

                              El cohete central estaba compuesto por un cohete Falcon 9 modificado. Entre otras cosas, iba equipado con nueve motores, cuatro grandes alerones de titano, que, según Musk, son extremadamente caros, y toda la compleja tecnología propia de un Falcon 9: una estructura de fibra de carbono y aluminio, paredes de una aleación de aluminio-litio, un tanque soldado por medio de una compleja tecnología, ordenadores de vuelo redundantes y sistemas de navegación triples, entre otras cosas.

                              Un aparato valorado en millones
                              Aunque Space X no ha desvelado cuál es el precio aproximado que cuesta cada una de las versiones del Falcon 9, hay algunas formas de especular lo que supone la explosión de uno de estos cohetes. Por ejemplo, el coste que una empresa ha de afrontar para enviar una carga «pequeña» (de 5,5 toneladas métricas) a una órbita intermedia, (GTO), ronda los 50 millones de euros. También se especula con que el coste aproximado de los nueve motores que lleva cada Falcon asciende hasta los casi 18 millones de euros.

                              Plataforma robótica «Of course I still love you». La fase inferior central del Falcon Heavy debía aterrizar ahí, pero se estrelló en el mar
                              Plataforma robótica «Of course I still love you». La fase inferior central del Falcon Heavy debía aterrizar ahí, pero se estrelló en el mar-Space X
                              En todo caso, aunque se perdiera el núcleo central de cohetes, el lanzamiento de ayer fue realmente exitoso: «Tenía una imagen de una explosión gigante en la plataforma, con la rueda del coche rebotando y el logo de Tesla aterrizando en algún lugar con un golpe seco», dijo Elon Musk. «Por suerte, eso no es lo que pasó».

                              En lugar de eso, el lanzamiento transcurrió a la perfección y la segunda etapa, la parte del cohete que entró en ignición ya en la órbita, pudo impulsar la carga del Falcon Heavy: un descapotable rojo cereza de la marca Tesla con un maniquí de astronauta a bordo, llamado Starman.

                              «Las locuras pueden hacerse realidad», dijo Musk. «Realmente no pensaba que esto fuera a funcionar. Cada vez que veo el despegue de un cohete, pienso en las miles de cosas que podrían fallar, y siempre me sorprende cuando funcionan», recordó, antes de decir que había visto cohetes explotar de muchas formas distintas.

                              El extraño astronauta
                              Apenas unas horas antes de la rueda de prensa, Space X sorprendió al mundo con unas imágenes retransmitidas en tiempo real desde el descapotable que resultaban tan llamativas como irreales: «Creo que parece muy ridículo e imposible», dijo Musk. «Puedes saber que es auténtico solo porque parece realmente falso. Si lo hubiéramos hecho con efectos especiales habría quedado mejor. Los colores tienen un aspecto muy raro en el espacio. Es porque no hay oclusión atmosférica; todo parece muy nítido». En efecto, las imágenes del descapotable con la Tierra de fondo parecían sacadas de una película de serie B.

                              Un Elon Musk con aspecto cansado, recordó además que el automóvil no es más que un coche normal, y que no tiene materiales hechos a prueba del espacio, ni ningún tipo de sistema para ayudar a los astrónomos aficionados a encontrarlo: «Es solo un coche normal», dijo. «Es estúpido y divertido, pero creo que este tipo de idioteces divertidas son importantes…», añadió, antes de reflexionar sobre el enorme interés que habían despertado las imágenes del descapotable.

                              «Esto va a estar en el espacio durante millones o miles de millones de años. Quizás será descubierto por alguna civilización alienígena, y estos dirán, “pero, ¿qué demonios? ¿Qué hacen estos tíos? ¿Son adoradores de este coche?”. Creo que todo esto les confundirá mucho», bromeó.

                              Según los cálculos de Space X, el Tesla viajará a una velocidad de 11 kilómetros por segundo (39.600 kilómetros por hora) y llegará a su máximo acercamiento a Marte en un plazo de unos seis meses.

                              Próximos movimientos de Space X
                              En respuestas a los periodistas, Elon Musk habló de lo próximo. Explicó que se el desarrolo del Falcon 9 y del Falcon Heavy están casi finalizados y que pronto la compañía pasará a desarrollar otro cohete, el BFR (de «Big Falcon Rocket»). Dijo que en el plazo de cinco años este cohete, aún más potente, será el que lleve humanos a Marte y a la Luna, y que también será capaz de emprender con eficacias misiones interplanetarias.

                              El Falcon Heavy es capaz de hacerlo, pero este no es, de momento, su propósito. Sus tareas próximas serán llevar satélites más pesados a la órbita y quizás robots de grandes dimensiones a Marte o incluso a planetas más lejanos, como Júpiter o Saturno, y a sus respectivas lunas. «El Falcon Heavy puede hacer llegar sondas a Plutón», dijo. Musk también explicó que Space X ya tenía varios acuerdos con empresas privadas para usar el Falcon Heavy, aunque no aclaró cuáles.

                              Al mismo tiempo, la compañía está ultimando el diseño de la cápsula Dragon, que ahora envía cargas a la Estación Espacial Internacional, y que más adelante podría llevar tripulantes. Space X también ha desarrollado un traje espacial. Justo la prenda que viste Starman, el maniquí a bordo del descapotable, en su viaje hacia las estrellas.[/i]

                              http://www.abc.es/ciencia/abci-explosion-no-despegue-falcon-heavy-y-costo-millones-201802071938_noticia.html

                              Avatar de marea

                                Y el debate esta servido.

                                [i]Un Tesla a bordo del Falcon Heavy, ¿logro científico o estrategia publicitaria?
                                TWITTEAR COMPARTIR Por Ángela Bernardo 7/02/18 – 15:57
                                Elon Musk logró lanzar con éxito el Falcon Heavy, el cohete en activo más potente del mundo, que portaba un Tesla Roadster. ¿Publicidad o logro científico?

                                Un Tesla a bordo del Falcon Heavy, ¿logro científico o estrategia publicitaria?
                                Elon Musk vivió ayer una de sus jornadas más felices: SpaceX conseguía lanzar con éxito el Falcon Heavy desde la plataforma 39A del Centro Kennedy de Florida, las mismas instalaciones que en su día utilizaron las misiones del programa Apolo o del transbordador espacial. El despegue del cohete en activo más potente del mundo, que tiene una capacidad de carga de casi 64 toneladas en la órbita baja terrestre, asombró a todos los que seguían la emisión en directo a través de YouTube, un streaming que pronto se convirtió en el segundo más visto de la historia con 2,3 millones de concurrentes.

                                SpaceX logró recuperar las dos etapas laterales del cohete, que aterrizaron a la vez
                                El éxito del lanzamiento del Falcon Heavy fue reconocido por políticos e incluso competidores directos de Musk en la carrera espacial, lo que da una señal de los buenos resultados conseguidos por SpaceX. El presidente Donald Trump y el vicepresidente Mike Pence o ejecutivos como Tory Bruno, director de United Launch Alliance, y Jeff Bezos, fundador de Blue Origin, felicitaron a Elon Musk por el exitoso despegue desde Cabo Cañaveral.

                                Información y privacidad de Twitter Ads
                                Fue en Florida también donde se recuperaron las dos etapas laterales, una vez que se separaron del resto del cohete y aterrizaron al unísono en las plataformas LZ-1 y LZ-2 de la Base Aérea. Una imagen para la historia espacial que parecía sacada de una película de ciencia ficción. El lanzamiento de SpaceX, sin embargo, se vio empañado por la fallida recuperación de la etapa central del Falcon Heavy, que no logró alcanzar la barcaza marina Of course I still love you y se estrelló contra el océano. Era la primera vez que la compañía de Elon Musk intentaba repescar tres módulos de un cohete de golpe, por lo que SpaceX se mostró satisfecha al rescatar las dos etapas laterales, a pesar de que la última impactara contra el agua a casi 500 kilómetros por hora. Después de demostrar su potencial comercial con el lanzamiento del Falcon Heavy, cuyos días están contados, ya que la empresa apuesta realmente por el BFR, el equipo de Elon Musk todavía guardaba un as en la manga.

                                Roadster, un descapotable eléctrico en el espacio
                                Minutos después, SpaceX conseguía que la segunda etapa del cohete alcanzara su órbita portando una impactante carga útil: el coche del propio Musk. El Tesla Roadster de color rojo había sido modificado para soportar el vacío del espacio, y las imágenes del maniquí en el interior del vehículo provocaron muestras de asombro y sorpresa por parte de los espectadores. El muñeco que hacía de piloto era Starman, un nombre con el que SpaceX homenajeaba al desaparecido David Bowie. Su misión, además de la evidente campaña publicitaria gratuita que supone para Tesla que uno de sus modelos viaje por el espacio, era probar el traje que la compañía quiere utilizar a bordo de la nave tripulada Dragon 2. No obstante, el coche no es el primero en ser enviado fuera de la Tierra.

                                En las pruebas de lanzamiento de cohetes lo habitual es que se transporten bloques de acero u hormigón como carga útil. La idea de portar un descapotable rojo eléctrico es una genial estrategia publicitaria para Musk
                                El descapotable eléctrico llevaba también en su interior una copia con la Trilogía de la Fundación, los libros de ciencia ficción de Isaac Asimov; un coche de juguete de la marca Hot Wheels en el salpicadero del Tesla Roadster; un cartel con la frase “Don’t panic”, como referencia a la Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams, y una placa de circuito en la que se puede leer “Made on Earth by humans” (“Fabricado en la Tierra por seres humanos”). Todo un guiño a los amantes de la ciencia ficción por parte de SpaceX, que retransmitía en directo imágenes del coche con la Tierra detrás gracias a la instalación de tres cámaras, situadas para obtener “vistas épicas”, según avanzó el propio Musk el pasado lunes.

                                Instalar un Tesla Roadster como carga del Falcon Heavy no era, desde luego, una estrategia elegida al azar. “Cuando los fabricantes de automóviles compran un espacio publicitario en la Super Bowl, aspiran a crear espectáculo con la propaganda. En el caso de Elon Musk, él convierte su propia realidad en una exhibición”, explicaba a Bloomberg Jessica Caldwell, analista en Edmunds. “El ajetreo que crea con un truco como este va más allá de lo que los dólares de la publicidad pueden conseguir”, afirmaba la especialista.

                                Su opinión coincide con la de Michelle Krebs, analista en AutoTrader, entrevistada por el mismo medio. “Nadie hace mejores estrategias publicitarias”, reconocía Krebs, quien destacaba que la idea de Elon Musk había logrado emular los “viejos tiempos de los lanzamientos espaciales”. “Fue muy impresionante”, admitió. El truco de utilizar el Roadster como carga útil permitió que Tesla realizara una campaña publicitaria gratuita —aunque a SpaceX le costó algunos millones de dólares— que fue seguida por millones de espectadores. Porque lo habitual en este tipo de pruebas de lanzamiento es transportar como carga útil bloques de acero u hormigón, que simulan el peso que podrían transportar los cohetes. La razón de que el Falcon Heavy llevara un descapotable eléctrico estaba clara: una campaña en toda regla para promocionar Tesla, una empresa propiedad de Musk, junto a otras como The Boring Company o Neuralink.

                                El coche de Musk, un Tesla Roadster, permanecerá orbitando en el espacio durante millones de años
                                El hecho de haber utilizado una legítima estrategia publicitaria para acompañar el exitoso despegue del Falcon Heavy no desmerece, desde luego, el logro conseguido por Elon Musk. El coche, un objeto inerte que lógicamente no podrá volver a la Tierra ni comunicarse con la compañía privada, permanecerá en el espacio durante millones de años, si la radiación no termina con él antes, como sugería un profesor de Química de la Universidad de Indiana a LiveScience. Su localización, eso sí, no ha seguido las previsiones realizadas inicialmente por SpaceX. Aunque se esperaba que el vehículo quedara en una órbita solar, con el punto más lejano (afelio) en la órbita de Marte, sin alcanzar el planeta rojo, lo cierto es que la situación más distante del Tesla Roadster estará en el cinturón de asteroides. El coche rojo de Musk permanecerá orbitando en el espacio durante millones de años, convirtiéndose, quizás, en la estrategia publicitaria más longeva de la historia, después de haber protagonizado una jornada histórica para la exploración del universo.[/i]

                                https://hipertextual.com/2018/02/falcon-heavy-tesla-roadster-spacex-elon-musk

                                [quote quote=”Fuego”]Yo he alucinado con el aterrizaje de los propulsores secundarios. Es impresionante lo que han demostrado.[/quote]

                                Lo que en la naturaleza tenemos de forma natural, el rayo y después el trueno, aquí lo tenemos de forma natural en todo su esplendor, con 5″ de diferencia.
                                [youtube]Z_kfM-BmVzQ[/youtube]

                                Por más que lo intentaba no me ha dejado colgarlo en el otro mensaje y he desistido, así que aquí va, para verlo una y otra vez.

                                Avatar de marea

                                  [i]Cuarenta y ocho horas, para ser exactos. Eso es lo que necesitaron los nano-robots para encontrar los tumores, anclarse con éxito a las células vasculares relacionadas con ellos y causar coágulos de sangre para cortar el suministro de sangre. Una pequeña inyección es capaz de estrangular, reducir e, incluso, acabar con el cáncer en solo 48 horas.

                                  Es un paso fundamental en la investigación contra el cáncer. Tal y como explicaban los investigadores de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) y el Centro Nacional de Nanociencia y Tecnología de China en Nature Biotechnology, esta revolucionaria tecnología ha sido probada exitosamente en ratones y cerdos. El siguiente paso son los humanos.

                                  ADN programado para acabar con el cáncer
                                  Nono-robots anticancer
                                  “Utilizando modelos de ratón portadores de tumores, demostramos que los nano-robots de ADN inyectados por vía intravenosa administran la trombina específicamente a los vasos sanguíneos asociados al tumor e inducen trombosis intravascular, lo que produce necrosis tumoral e inhibición del crecimiento”, explican en el estudio.

                                  Aunque la idea de usar “robots nanoscópicos” no es nada nueva y, de hecho, hay películas de los sesenta con ese argumento, los nano-robots de ADN sí son un campo de investigación relativamente reciente. Básicamente, su funcionamiento se basa en hacer que el ADN programado se pliegue sobre sí mismo como si de origami se tratase y, en el momento justo, hacer que se despliegue listo para la acción.

                                  Es decir, listo para administrar fármacos determinados en unas células determinadas. Para ello, utiliza los aptámeros, unos anticuerpos químicos que se dirigen específicamente a ciertas proteínas que abundan en las superficies de las células tumorales (pero no de las células sanas).

                                  Una precisión que promete revolucionar la quimioterapia
                                  Nano robots cáncer
                                  Lo más interesante es que los bots no causaron ‘problemas’ en otras partes del cuerpo. Ese era el gran problema de este enfoque terapéutico: que la imprecisión pudiera causar problemas serios. No ha sido así y por primera vez se ha demostrado su fiabilidad en modelos animales vivos.

                                  Se trata, como decía, de un gran avance en la lucha contra el cáncer. Los métodos actuales de quimioterapia son muy agresivos y destruyen muchas cosas camino a acabar con las células tumorales. La precisión de esta técnica nos da esperanzas muy serias de una revolución dentro del campo quimioterapéutico. Solo queda esperar a los ensayos con humanos.[/i]

                                  https://m.xataka.com/medicina-y-salud/estos-nano-robots-de-adn-estan-a-punto-de-revolucionar-la-quimioterapia-son-capaces-de-detectar-y-eliminar-tumores-en-pocas-horas/amp?__twitter_impression=true

                                  Avatar de marea

                                    Saco tumoral recibiendo alimento.

                                    Avatar de marea

                                      Sin riego sanguíneo, no hay capacidad de reproducirse de las células tumorales.

                                      Avatar de Fuego

                                        Muy interesante la verdad. Pero mas allá de los beneficios para tratar una enfermedad no imagino como podría revolucionar esto la medicina en general. Es todo un universo que se abre.

                                        Avatar de gosaton

                                          Cuando les interese a las farmacéuticas y a las grandes multinacionales, no sólo podremos curar TODAS las enfermedades y patologías existentes, sino que también viviremos en un mundo mejor y más sostenible. Es decir, NUNCA.

                                          Avatar de marea

                                            Look up at the stars and not down at your feet, Mia a las estrellas, no lo que hay bajo tus pies.

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